DÍA DEL LIBRO
TODO CAMBIA
Por
estas fechas celebramos el día del libro,
fiesta en la que recordamos a
autores y autoras ilustres que nos dejaron una
gran herencia literaria, herencia que
podemos disfrutar, leer y releer cada vez que nos apetezca. Creo que es un privilegio tener esa oportunidad que ha sido posible entre otras cosas, gracias al interés por la lectura que nos
despertaron en las escuelas.
Pensando en esto me viene a la memoria un antiguo documento que
pude ver hace ya bastante tiempo y que me hizo pensar; podría darle
diferentes calificativos, pero por no
alargarme sólo diré que me resultó curioso.
Considero
necesario leer al menos algunos puntos del mismo, puesto que en él me baso para
hacer mi pequeño comentario.
Dicho documento decía así:
Contrato de maestra año 1923
Éste
es un acuerdo entre la Stª llamémosla Isabel, maestra y el Consejero de Educación de la Escuela, por
el cual la Stª Isabel acuerda impartir
clase durante un periodo de 8 meses a
partir del día …x . De Septiembre de 1923.
La
Stª Isabel acuerda:
· No
casarse, este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si la
maestra se casa.
· No andar
en compañía de hombres.
· Estar
en casa entre las 8 de la tarde y las y las 6 de la mañana.
· No viajar con ningún hombre excepto su padre o
su hermano.
· No teñirse
el pelo.
· No vestir
ropa de colores brillantes.
· No usar
polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios.
Estos son sólo algunos de los puntos que figuraban en dicho contrato, todos del
mismo corte y con las mismas consecuencias, de no ser cumplido.
Me
cuesta trabajo imaginar a la pobre maestra;
tener que firmar un papel con aquellas condiciones y además donde podía leerse “acuerdo”: ¡menudo acuerdo!
Después
de leerlo creo que no está demás
una breve reflexión.
En principio
es algo que aunque nos parezca muy lejano, en realidad no lo es tanto,
pero la rapidez
con la que todo evoluciona hace que
parezca, increíble.
Vivimos
en la era de la tecnología y de la
“libertad”, todo cambia, cambia tanto y tan rápido que nos resulta difícil imaginar tanta prohibición.
Hoy, la posibilidad
de disfrutar de libertades, comodidades
y facilidades para todo aquello a lo que ya estamos acostumbrados, quizá un poco inconscientes de lo que ha costado conseguirlo, hace que vivamos a tope.
Todo esto está bien pero, aún queda mucho por hacer, las
injusticias la falta de respeto, la
violencia, la ausencia de igualdad, tanto en el mundo laboral como en el familiar,
nos hace ver y sufrir las diferencias que continúan
existiendo, sólo tenemos que repasar la
prensa o ver y oír las noticias del día
a día.
Pero no quiero desviarme del tema al que hoy
quería referirme, a nuestras maestras.
Mujeres
generalmente pacientes, abnegadas, con
vocación de enseñar, a pesar de los muchos inconvenientes y trabas que pudieran
ponerles. De ellas aprendimos las primeras letras, base imprescindible para
poder disponer de los conocimientos necesarios que nos dan acceso a la lectura, a la cultura,
a los libros… Éste colectivo ha sido y sigue siendo la base
de una sociedad más culta.
En
las
escuelas, desde antes de la
pizarra y el pizarrín hasta la pizarra
electrónica de hoy día, se ha contribuido
y preparando generación tras generación a todas las niñas y niños que han querido y han sabido recoger
todo ese aprendizaje para una vida más completa y con más posibilidades.
Por tanto mi pequeño homenaje a todas aquellas
personas dedicadas a la enseñanza,
mujeres y hombres que con su labor
intentan conseguir un futuro mejor para todos.
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El
documento al que hago referencia, se
puede ver en Internet, solo teclear en
Google, Contrato de maestra año 1923
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